REPUBLICANISMO
La propuesta del republicanismo es auténticamente humanista para un régimen constitucional democrático. Esta afirmación es bastante audaz; el republicanismo democrático con sus rasgos fundamentales como el Estado de Derecho, la separación de poderes, el libre comercio de bienes y servicios, las libertades políticas, los derechos y obligaciones de los ciudadanos y, sobre todo, el constitucionalismo, crea una sociedad política más libre, democrática, y sobre todo, humanista.
El debate de lo que constituye un régimen para republicano y democrático se ha debatido en los últimos setenta años. Ha habido una variedad de interpretaciones del significado apropiado. La tradición cristiana, vista como una fuerza dinámica para liberar a los ciudadanos de la opresión política, se ha visto como la voz liberadora de la injusticia y la explotación económicas. Al configurar este modelo republicano, el papel del gobierno, el alcance de la libertad religiosa como también el contenido de los valores que una sociedad civil debe perseguir, ha recibido diferentes explicaciones, algunas contradictorias entre sí.
Liberales y conservadores, demócrata-cristianos y socialdemócratas, han afirmado de una forma u otra que representan el mejor desarrollo y la consecuencia de una democracia republicana. Nosotros creemos que el contenido de un régimen republicano debe remontarse más atrás que las propuestas ideológicas, a los albores del pensamiento político clásico.
Y esto por dos razones.
En primer lugar, porque un pensamiento realista que parte de la experiencia de la politicidad – al decir de Aristóteles – considerar, con la influencia reparadora y purificadora de la idea de persona del cristianismo, al bien común y los derechos de las personas como fin de la sociedad política. Por eso, el republicanismo requiere moralidad y virtud cívica, capacidad de deliberación; sentido de comunidad, para nutrir una verdadera república. La república democrática es una forma de vivir en común, cuyo objetivo es garantizar la dignidad de todas las personas.
Seguidamente, pues el republicanismo representa la mejor tradición cívica de una filosofía de la libertad. Encarna a lo mejor de la tradición de responsabilidad y derechos. La filosofía republicanista entraña una búsqueda permanente de los principios fundamentales del bien común. Al prestar atención esa llamada, CED-NANDEVA como una iniciativa educativa y de filosofía pública, intenta proponer, de manera crítica, cómo se puede repensar y establecer un modelo de republicano y democrático, para nuestro tiempo, en especial, para América Latina.